FRESH AIR IN THE USA

Hará siglos que no escribo, por no decir aún más tiempo, y a pesar de que ya he llegado a España se me ha seguido comentando el por que dejé de escribir. En su momento me sentía orgullosa de todo aquello que había plasmado hasta aquel punto, pero a partir de año nuevo las cosas fueron más deprisa de lo que me habría gustado, y sin darnos cuenta, aquí estamos, 7 meses después, siendo una persona completamente diferente, con nuevos objetivos y nuevas metas, que ve el mundo desde una perspectiva completamente diferente y que vuelve a encontrarse en el mismo sitio que hace un año pero con una sensación completamente diferente. A pesar de todo, hoy no venía a hablaros de eso, sino que esta mañana sin comerlo ni beberlo se me ha ocurrido hacer algo que los que me conozcáis nunca habríais pensado que si quiera se me pasaría por la cabeza, y es que cuando te da el venazo por algo hay que hacerlo lo antes posible y sin pensarlo. Esto es lo que ha ocurrido: Esto son nada más y nada

1 de enero. Un nuevo capítulo de nuestras vidas empieza nuevamente. Una historia para escribir y 365 aventuras por disfrutar. Estamos en ese momento del año en que nos acordamos de todos aquellos que nos rodean y en aquellos que ya no están entre nosotros. Felicitaciones nos llegan cada minuto, incluso de gente con la que no hablamos desde hace quien sabe. Tratamos de no atragantarnos con las uvas en el ultimo minuto. Empiezan las listas de propósitos, entre los cuales están los de siempre: viajar, amor, salud, felicidad, trabajo, adelgazar esos kilos de más (que nunca lo cumplimos, pero oye, el propósito está) y las típicas bromas de cada año: hace que no te veo desde el año pasado, si ayer era 2016 y hoy 2017 ¿mañana es 2018?, página 1 de 365, año nuevo, vida nueva... Y con esta última frase, a pesar de que a muchos les aborrezca o les parezca estúpida, creo que es muy acertada. Un año nuevo perfectamente puede ser una vida nueva, ¿Y que mejor que alguien que se ha ido a estudi